La Tetraktis o Década Pitagórica, según los preceptos del Arte Real, consiste en un “tendido de cables” (que son invisibles para las mentes no adiestradas), por cuyo trazado la Luz Iniciática se desplaza, primero de Oriente a Occidente, y luego retorna desde el Occidente a Oriente.
La Tetraktis se refiere, principalmente, al diseño del Plan macro cósmico, proyectado por el Gran Arquitecto del Universo.
En tanto que la Década Pitagórica incide en el mismo plan, pero desarrollado en un nivel micro cósmico, que atañe específicamente al ser humano.
Se trata de redes semejantes a un sistema nervioso por donde circula el Fuego renovador. Esta Flama que se denomina Alkahest, por los alquimistas, Luz Iniciática por los Adeptos y Espíritu Santo, por algunas religiones, es un fuego “que no quema las manos” , sólo consume y purifica a lo innoble que se aposenta en nuestro vaso o cuerpo. No obstante, en su recorrido descendente alcanza tan alto grado de calor, que debe ser progresivamente degradado, para que no dañe a quienes pretenden recibirlo
La Tetraktis, tanto para los mundos, como para los discípulos señala simbólicamente tres movimientos:
Primer Movimiento:
El descenso de la Luz Iniciática desde la Estrella Flamígera hasta el practicante del Arte o Iniciado.
Segundo Movimiento:
El ascenso de la Luz, conjuntamente con la conciencia de los mundos, entre ellos el planeta tierra, y la conciencia del Iniciado, hasta la estrella Flamígera.
Tercer Movimiento:
Traza la Luz Iniciática un camino descendente desde la Estrella Flamígera (Oriente) hasta Occidente, a fin de practicar fundadamente la conformación paulatina de mundos, como también de una esclarecida humanidad solidaria e iluminada.
